Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Montfa, conocido simplemente como Toulouse-Lautrec, fue un pintor y cartelista francés, que destacó por la representación de la vida nocturna parisina de finales del siglo XIX. 

Durante el año 2019 se llevó a cabo desde el 20 de febrero hasta el 19 de mayo en el CaixaForum de Madrid El espíritu de Montmartre. Una compilación de las obras de la generación de artistas que desafiaron todo lo socialmente convenido y se rebelaron contra el stablishment.

Pese a las dificultades organizativas derivadas de la necesidad de reunir tal cantidad de obras, el comisario Phillip Dennis Cate logro impregnar España con esta esencia rebelde. Allí se pudieron descubrir las más de 350 obras que el comisariado pudo reunir en torno a la figura de Henri Toulouse-Lautrec.

Cartel para la obra Une Faillite, 1893,
Toulouse-Lautrec.

La mayor parte de las obras han sido cedidas expresamente para este proyecto por instituciones como el Centro Pompidou, el Musée d’Orsay, el Musée de Montmartre, el Museu Nacional d’Art de Catalunya o el Museum of Modern Art de Nueva York entre muchos otros. Es una exposición que condensa todo el movimiento que hubo en las calles del barrio parisino Montmartre desde finales del siglo XIX.

Uno de los momentos más prolíficos del arte en todas sus expresiones, en el que los artistas provocaron una revolución cultural que traspasó las bohemias calles parisinas y caló hondo en la sociedad.

Cartel de la exposición. La vie à
Montmartre, 1899. G.Boudet

El espíritu de Montmartre está representada por el trabajo de artistas como Toulouse-Lautrec y Van Gogh que, huyendo del París más conservador, se mudan a Montmartre para crear obras que rompen con el pasado y con lo establecido – Phillip Dennis Cate, comisario de la exposición

Esta exposición es que reúne todas las obras que compartieron espacio en su época, pero que no habían estado expuestas juntas desde entonces. Todos los pequeños espacios interconectados a través de los pasillos nos muestran todo lo que inspiró Toulouse-Lautrec. Desde el estudio misterioso de los gatos de Steinlen que nos deja obras icónicas como el cartel Tournée du Chat Noir (1896), hasta la sala que muestra el arte rompedor y reivindicativo de Las Artes Incoherentes, con obras como La Mona Lisa fumando pipa (1887) de Sapeck. Este movimiento efímero pero reconocido internacionalmente y fundado por Jules Lévy, nació también de la cultura del cabaré. Pero añadía ironía en sus cuadros, realizando composiciones irracionales que no dejaban indiferentes a los espectadores.

Tournée du Chat Noir, 1896, Alexandre Steinlen

En la exposición, hay una sala en particular que llama la atención por su originalidad técnica y temática. Es una sala aparentemente oscura en la que, sin embargo, la luz mana de los cuadros: siluetas de cinc retroiluminadas que crean sombras chinescas. Caran d´Ache (1858-1909) realizó estas siluetas para la obra de teatro de sombras La epopeya (1888). Auguste Gérardin realizó un fotograbado de la representación de esta obra innovadora en el Chat Noir. En la misma sala, una vitrina protege La Marche à l´etoile, una composición de dibujos de Henri Rivière, poesía y música de Georges Fragerolle, que parece una leyenda llena de misterios y da la impresión de que las sombras chinescas de Caran d´Ache han pasado al papel sin pedir permiso.

Como es habitual, las mujeres ocupan un papel protagonista en cuanto a musas, pero no en cuanto a artistas. Las muestran como inspiradoras de arte, no creadoras del mismo. Y los revolucionarios bohemios del barrio parisino desde finales del siglo XIX hicieron lo propio. Igual que intentaron universalizar el alcance del arte, también querían diversificar sus fuentes de inspiración. Quizá menos aristocracia y más realidad, la realidad que existía entre los adoquines de Montmartre. Una realidad creciente que quizá de no ser por estos artistas rompedores habría quedado en las sombras. Unas mujeres que a través de la prostitución llegaban a alcanzar la independencia económica por primera vez.

Por supuesto, las obras que las retrataban pronto chocaron con la censura, a la que quizá la libertad de estas mujeres resultaba molesta, pues por una vez la desnudez de sus cuerpos no estaba al servicio de la oligarquía artística.

El propio Toulouse-Lautrec retrató a las prostitutas de los locales que él mismo frecuentaba, en calidad de cliente o de testigo para posteriormente realizar sus cuadros. En Salon de la Rue des Moulins (1894), Lautrec plasma la paciente espera de las trabajadoras mientras llegan clientes. Mezcla colores cálidos y fríos, generando una paleta contrastada en la que, por supuesto, predomina el rojo, tan representativo del barrio del Moulin Rouge. Las retrata a todas aisladas, ante la atenta mirada de Madame Baron, la mujer vestida de rosa, quien regentaba el local. Inspirado por las recién introducidas técnicas fotográficas, Lautrec crea una composición basada en líneas diagonales que logra colocando las figuras humanas en el mismo sitio, pero en planos paralelos.


La belleza del día: “La toilette», de Henri de Toulouse-Lautrec …

Todo lo que inspiró Toulouse-Lautrec está en esta exposición, que mezcla óleos, litografías, láminas de cinc y dibujos con espacios perfectamente acondicionados. Paredes tapizadas en rojo que nos transportan al Moulin Rouge, proyecciones de baldosas antiguas en el suelo para sentir que caminamos por París.

Montmartre no solo es el escenario de muchas obras del polifacético Toulouse-Lautrec, sino el motor social y cultural que definió su estilo moderno y carácter bohemio. A través de pinturas, dibujo99s, carteles e ilustraciones, esta exposición muestra la producción del artista en sintonía con la de sus artistas contemporáneos en el París de finales del s. XIX. (Díptico de la exposición)

Alrededor de la exposición se han organizado otras actividades como cafés-tertulias propios del Montmartre para grupos, visitas comentadas y conferencias y debates con expertos, detalladas en la web de CaixaForum.

Moulin Rouge: La Goulue, 1891, Toulouse-Lautrec

Los artistas estaban buscando vivir sin la dependencia de los gobiernos y en Montmartre se creó una nueva generación que reunió a escritores, músicos y productores teatrales entre los que había una gran colaboración para desarrollar el arte – Phillip Dennis Cate, comisario de la exposición

La exposición recrea el barrio de Montmartre con los cuadros de toda una generación y la puesta en escena. Recupera su espíritu revolucionario y rompedor y transporta a los visitantes al barrio bohemio por excelencia.

Fuente: recopilación Artenea

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