Man from Atlantis (llamada El hombre de la Atlántida en Latinoamérica) fue una breve serie de TV DE CIENCIA FICCION que duró 13 episodios en la cadena NBC durante la temporada 1977-1978, tras cuatro exitosas películas de televisión que se habían emitido anteriormente en 1977.
Patrick Duffy como el hombre de la Atlántida.
Patrick Duffy representa a un hombre amnésico al que se le ha dado el nombre de Mark Harris, de quien se cree que es el único sobreviviente de la civilización perdida de la ATLANTIDA Posee habilidades excepcionales, incluyendo una fuerza sobrehumana, la capacidad de respirar bajo el agua, y la resistencia a las extremas presiones de las profundidades del océano. Sus manos y pies son palmeados, sus ojos son anormalmente sensibles a la luz, y nada usando los brazos y las piernas de una manera que sugiere el ESTILO MARIPOSA o el modo en que lo hace un delfín. Después de su descubrimiento, es reclutado por la Fundación para la Investigación Oceánica, una agencia gubernamental que lleva a cabo investigaciones secretas y que explora las profundidades del océano en un submarino sofisticado llamado Cetacean.
El hombre de la Atlántida: un actor que la pasó mal en una historia ambiciosa que no llegó a cautivar

Protagonizada por Patrick Duffy -el intérprete que unos años más tarde alcanzaría la fama mundial en Dallas-, esta pieza de ciencia ficción tuvo una única temporada y llegó a ser emitida por ATC
Olvidada hasta por las enciclopedias especializadas, este programa fue hijo de la fascinación de la época por la ciencia ficción. De Viaje a las estrellas a Tiburón, todos tenían su lugar. No importaba si esta venía del cielo, el espacio, el fondo del mar, el cine o la televisión, el público pedía más y más aventuras imposibles, protagonizadas por seres parecidos a ellos pero no tanto. Y en ese contexto, LA IDEA de este hombre pez, con branquias pero fachero, sonaba irresistible
Man From Atlantis fue creación de Mayo Simon y Herbert F. Solow. El primero comenzaba a coquetear desde hacía muy poco con el género y tenía el antecedente de haber escrito Futureworld, secuela de Westworld, aquella saga de films en la que Yul Brynner era un cowboy robot de sombrero negro, número puesto en las tardes de Sábados de súper acción. Solow, por su parte, tenía más experiencia en el rubro televisivo, no así en la máquina de escribir. Para comienzos de los 70 había formado parte de los equipos de La chica de CIPOL, Star Trek, Misión imposible, Centro médico y Buscando novia a papá (The Courtship Of Eddie’s Father).
Un casting exhaustivo dejo afuera a Christopher » Superman» Reeve y confirmo a Patrick Duffy, actor en ciernes y buzo profesional

en su elección primó su contextura física y juventud por sobre sus dotes actorales. A decir verdad, su personaje era lo suficientemente inexpresivo como para no acarrear mayores dificultades a quien lo interpretara.
ASI Y TODO EL ACTOR LA PASO BASTANTE MAL Los lentes de contacto que debía usar para darle a sus ojos el color adecuado le traían dolores permanentes o incluso infecciones, sumados a algún que otro accidente en el agua al no poder ver bien a su alrededor. También se afeitó todo el cuerpo y se entregó a un duro entrenamiento físico para dar con el porte estilizado que requería el papel. Lo que fuera necesario para abandonar el oficio de pintor y carpintero, con el que sobrevivía junto a su esposa hasta ese momento.


EL ANTES Y EL DESPUES PATRICK DUFFY
El éxito de este primer telefilm llevó a que se produjeran tres más, todos estrenados durante la primera mitad de 1977, y enseguida una serie. Lo peculiar de la premisa alcanzó para captar a un público fiel, que todavía estaba intentando asimilar lo que le estaban contando. El problema llegó cuando esa misma audiencia se dio cuenta de que no le estaban contando demasiado.
Pasada la sorpresa inicial, El hombre de la Atlántida comenzó a nadar en círculos. Aunque siempre se buscó cautivar al público infantil, el secreto de su buen arranque fue el de ofrecer un producto innovador y atractivo para televidentes de múltiples edades. Sin embargo, la falta de originalidad en las tramas , y algunos personajes exagerados (desde el villano del gran Victor Buono, en adelante) convirtieron al programa en un pastiche sin demasiado que ofrecer.
Trece capítulos, más los cuatro telefilms previos conformaron las 17 aventuras televisivas de El hombre de la Atlántida, antes de que la cadena decidiera su levantamiento. Con mas pena que gloria el programa no llego a posicionarse en las preferencias de nadie , a pesar que todavía hoy se lo recuerda con cariño.

Una curiosidad relacionada a su breve paso por la pantalla chica es que, por entonces, los ejecutivos buscaban y rebuscaban en los cómics ideas para nuevos programas. El éxito de El increíble Hulk los había entusiasmado para revolver el archivo de Marvel en busca de nuevas ideas. Y una de las que más los entusiasmaba era Namor (el Aquaman de ellos). Pero primero por similitud y luego por resultados, decidieron descartarlo y concentrarse en Spiderman, que sí llegó a la pantalla chica con resultados más o menos parecidos. Si todavía hoy es difícil replicar la estética de los cómics en imagen real, en aquella época era mucho peor.
A diferencia de muchos otros programas que quedaron enterrados en el olvido, con los años El hombre de la Atlántida se convirtió en UNA SERIE DE CULTO . Su original punto de partida sobrevivió a la chatura de su desarrollo, y dejó un recuerdo, entre nostálgico y respetuoso, en aquellos que pudieron disfrutarla entonces. El resto, continuará acercándose con la curiosidad que brinda la conjunción entre historia, leyenda y fantasía, en el fondo del mar.
Fuente.: Guillermo Courau /Para La Nacion
No se han encontrado comentarios