Aunque no lo creas, la carrera artística de Vincent Van Gogh  duró solo una década. Aún así, el pintor neerlandés fue verdaderamente prolífico, y completó al menos 39 autorretratos durante su vida. Además de darnos una idea de la apariencia del artista, estas piezas trazan la trayectoria de su vida, desde su decisión de dedicarse a la pintura hasta su trágica batalla contra sus problemas de salud mental.

Estos autorretratos de Van Gogh marcan algunos de los eventos más importantes de la vida del artista:

“Autorretrato como pintor” 1886 (Foto: Wikimedia Commons   dominio público)

Nació el 30 de marzo de 1853 en Zundert, Países Bajos. Aunque tuvo una juventud bastante artística (solía dibujar de niño y a los 16 ya trabajaba para Goupil & Cie, un grupo internacional de marchantes de arte), empezó a pintar en serio hasta los 28 años de edad. Con el pintor realista Anton Mauve como su mentor, Van Gogh empezó a producir “pinturas campesinas”, un género caracterizado por paletas de colores oscuras y temáticas poco idealizadas.

Este primer enfoque estético es evidente en Autorretrato como pintor, un retrato que muestra a Van Gogh sosteniendo una paleta de pintor y de pie ante un caballete. Terminada cuando tenía 33 años y vivía en Amberes, esta obra no sólo es uno de los primeros autorretratos de Van Gogh, sino que también es la primera vez que se pintó a sí mismo como artista, marcando un importante rito de paso en la carrera del pintor.

En 1886 fue a París para unirse con su hermano Theo, el director de la Galería de Goupil. En París, Van Gogh estudió con Cormon, conoció inevitablemente a PissarroMonet, y Gauguin, y empezó a dar más luz a su paleta muy oscura y pintar en las brochadas cortas de los impresionistas. Su temperamento nervioso le hizo un compañero difícil y las discusiones que duraron toda la noche, en combinación con pintando todo el día, afectaron a su salud.

Decidió ir al sur de Arles donde tuvo la esperanza de abrir una escuela de arte con sus amigos. Gauguin hizo el viaje a Arles pero el resultado fue un desastre. En el fin de 1888, después de un incidente, Gauguin tuvo que salir de Arles. Van Gogh le persiguió con una cuchilla y fue parado por Gauguin, pero se cortó una parte de su propia oreja. La vida de Van Gogh empezó a alternar entre los ataques de locura y la lucidez. Van Gogh fue enviado al manicomio en Saint-Rémy para su tratamiento.

CAMBIO DE ESCENA Y ESTILO

“Autorretrato con sombrero de paja”, 1887 (Foto: Wikimedia Commons  dominio público)

Van Gogh continuó pintando en el estilo de Autorretrato como pintor hasta que se dio cuenta de que sus “pinturas de campesinos” simplemente no se vendían. Incluso con la ayuda de su hermano, Theo, un estimado comerciante de arte, fue incapaz de encontrar compradores. Para atraer al público, decidió seguir los pasos de otros artistas exitosos y mudarse a París. Durante su estancia en la capital francesa, desarrolló una paleta de colores más ligera y experimentó con pinceladas más sueltas, como se evidencia en Autorretrato con sombrero de paja.

Desafortunadamente, los lienzos más modernos de Van Gogh tampoco atrajeron a los clientes. Ante la respuesta poco entusiasta de sus compradores, decidió que París no era el lugar para él. “Me parece casi imposible poder trabajar en París, a menos que tengas un refugio en el que recuperar tu paz mental y tu compostura”, escribió a Theo un año después de pintar Autorretrato con Sombrero de Paja. “Sin eso, acabarías sintiéndote totalmente adormecido.”

UNA AMISTAD DECISIVA

Habían tenido al conocerse en París en 1887 buena sintonia, luego al reencontrarse ujn año después Intercambiaron autorretratos, vivieron juntos, pintaban juntos y juntos, también, se iban de paseo a los burdeles del lugar. “En este momento Gauguin está trabajando en un lienzo sobre el mismo café nocturno que yo también pinté, pero con figuras vistas en los burdeles. Promete convertirse en algo hermoso, agrega Van Gogh en la misma carta a Bernard, que ha pasado a la historia como la única escrita a mano por ambos artistas durante las poco más de 8 semanas que vivieron juntos. Un periodo que tuvo tanto de intenso y agitado como de tormentoso. Esa carta fue subastada por la casa Drouot y vendida por 210 mil 600 euros (unos 236 mil 500 dólares) a la Fundación Vincent Van Gogh para su exhibición en el museo de Ámsterdam, aunque también cuenta con una sede en Arlés.

Bernard, que tenía apenas 20 años en aquel entonces –a diferencia de sus colegas: Van Gogh (35) o Gauguin (40)-, tenía coincidencias con ambos en el cloisonismo, un estilo postimpresionista desarrollado por él, que utiliza colores planos en determinadas áreas, perfectamente delimitadas por bordes oscuros. Quizás, tan oscuros como la propia sicología de dos artistas que no terminaban de encontrarse en la sociedad.

Por aquel tiempo, en medio de sus constantes carencias, Van Gogh soñaba con la realización de un sueño: establecer una colonia de artistas, tan outsiders como ellos, en Arlés. Se llamaría “Estudio del Sur”. La llegada de Gauguin allí era el primer paso. Bernard también era esperado. Por eso, la carta subastada tiene descripciones detalladas no solo de sus conversaciones sobre el futuro del arte, un tema sobre el que reflexionaban a diario, probablemente embriagados en absenta, brandy o vino, sino también acerca de los sucesos lúdicos que alegraban su rutina.

Como pacto inicial, intercambiaron retratos. Bernard pintó “Autorretrato con retrato de Gauguin”, pues incluía a su amigo en él; Gauguin, por su parte, pintó “Los Miserables”, también conocido como “Autorretrato con retrato de Bernard”, pues también lo incluía como fondo en un cuadro en el que él actuaba como alter ego de Jean Valjean, protagonista de la célebre novela de Víctor Hugo; Van Gogh se sumó, dedicando su sobrio autorretrato a Paul Gauguin. La amistad parecía estar sellada. Sin embargo, en poco tiempo comprenderían que formar esa colonia artística era solo una utopía.

Hay situaciones que terminan costándole a la gente, metafóricamente hablando, “un ojo de la cara”. La amistad con Gauguin le costó a Van Gogh, literalmente, una oreja. Su convivencia en la histórica casa amarilla de Arlés se extendió durante 63 días desde fines de octubre hasta fines de diciembre de 1888.

Desde su estancia en París, en marzo de 1886, el alcoholismo de Van Gogh se fue agudizando y afectó seriamente su carácter, hasta llevarlo a la reclusión temporal en el sanatorio mental de Saint Remy de Mousola, en Mayo de 1889. Aunque en nuestra historia aún falta un poco para eso. El Dr. Rey – quien lo atendía en Arlés- dice que en lugar de comer bastante y regularmente, me he sostenido, sobre todo, con café y alcohol. Admito todo esto, pero ¿Quedará como cierto que por conseguir la alta nota amarilla que he logrado este verano, me ha sido necesario empinar el codo?”, le escribió en 1888 a su hermano Theo, considerando la posibilidad de que el abuso de alcohol haya influido en el color de cuadros suyos, como los famosos girasoles que pintó durante aquel año.

Fuente Internet

LA CALESITA AZUL